Para el Chino
(diciembre de 2010)
(diciembre de 2010)
EXORCISMO
Por vos, por los buenos tiempos, por las
locuras comentadas y compartidas, por la buena amistad, por el pasado que supo
ser fundacional de tantas de mis historias, por el antiguo brillo de tu
corazón.
Por tu lucha eterna cruel y mucha, porque hoy entiendo todo. ¿Quién sabe desde hace cuanto tiempo se te había metido el diablo en el cuerpo?. Vos, estoico en tu pelea, tratando de disimularlo, tal vez para que no te dejen solo, pero quedaste solo en una guerra injusta y desigual. Resististe más que lo que yo hubiera podido, y ganaste tantas batallas … pero Goliat no se cansa ni abandona y una noche empezaste a perder y perder.
Tuviste la lucidez y el valor, que no tuvimos nosotros, de alejarte de los que querías, porque no vieran al diablo, porque no los lastime.
No … No quiero escuchar otras voces, quiero pensar en el que fuiste y en tu buena madera.
El final anunciado da fé a mi historia. Que valentía para enfrentarte desnudo, cara a cara, a un demonio vencedor, invencible, desde hace tanto tiempo. Pero vos pudiste lo que pocos pudieron, le ganaste. En un último acto de arrojo decidiste matarlo aunque en ello se te fuera la vida.
Pido perdón a las víctimas de mi defensa pero yo, que siempre practico el poder despegarme e insisto en la justicia más que nada, hoy decido hablar desde adentro.
Entre trapitos y hienas te descubro, contra el muro de los lamentos te encuentro. Por anfitrión inigualable, el que nada pedía, el que todo lo daba. Brindo por nuestro pasado, que fue generador de tantas historias. Aquí va mi ofrenda para tu despedida, este relato que de una frágil manera te eterniza.
Por tu lucha eterna cruel y mucha, porque hoy entiendo todo. ¿Quién sabe desde hace cuanto tiempo se te había metido el diablo en el cuerpo?. Vos, estoico en tu pelea, tratando de disimularlo, tal vez para que no te dejen solo, pero quedaste solo en una guerra injusta y desigual. Resististe más que lo que yo hubiera podido, y ganaste tantas batallas … pero Goliat no se cansa ni abandona y una noche empezaste a perder y perder.
Tuviste la lucidez y el valor, que no tuvimos nosotros, de alejarte de los que querías, porque no vieran al diablo, porque no los lastime.
No … No quiero escuchar otras voces, quiero pensar en el que fuiste y en tu buena madera.
El final anunciado da fé a mi historia. Que valentía para enfrentarte desnudo, cara a cara, a un demonio vencedor, invencible, desde hace tanto tiempo. Pero vos pudiste lo que pocos pudieron, le ganaste. En un último acto de arrojo decidiste matarlo aunque en ello se te fuera la vida.
Pido perdón a las víctimas de mi defensa pero yo, que siempre practico el poder despegarme e insisto en la justicia más que nada, hoy decido hablar desde adentro.
Entre trapitos y hienas te descubro, contra el muro de los lamentos te encuentro. Por anfitrión inigualable, el que nada pedía, el que todo lo daba. Brindo por nuestro pasado, que fue generador de tantas historias. Aquí va mi ofrenda para tu despedida, este relato que de una frágil manera te eterniza.
CHRISTIAN
GORDILLO
Para el Chino (de algún día de algún mes de algún año de la ocultista
década del 70, hasta el último round del último día del 20 de diciembre de
2009).