CARTA
PARA CHRISTIAN GORDILLO
(24
de abril de 2013)
Si sería una carta más, un mensaje más, empezaría con un
“querido Christian” quizás, pero no. No es una carta más, no es un mensaje más,
por lo menos para mí.
En resumen, quiero expresarte, Christian, lo que significa
Chala Rasta para mí, lo que genera en mí y como cambió mi vida y día a día me
acompaña.
El primer tema que conocí de Chala fue “Ya lloré” y ya
cuando la escuché sabía que no era una canción más, de una banda más. De a poco
fui interiorizándome y escuchando los demás temas y cada vez me fue gustando más,
fui leyendo sobre la banda, fui a verlos en vivo, y hasta puedo decir que tuve
el placer de saludarte dos veces, y gracias a tu humildad y simpatía, es de los
recuerdos más lindos que tengo.
Te cuento que todos los días escucho aunque sea un tema de
Chala, día a día me acompañan y me enseñan, si me caigo, me ayudan a
levantar. Si no sé hacia dónde ir, me guían
para encontrar el mejor camino. Si me siento solo, me dan esa compañía que sólo
la música te puede dar (vos lo dijiste ya, “La alegría que me falta, busco
incansable en una canción”) y con
cada letra, cada nota, me dan una lección nueva de cómo crecer, ser mejor
persona y disfrutar de los buenos momentos, los que verdaderamente valen. Como
otra vez dijiste vos, esas “Flores del desierto”.
Cada vez que escucho las letras de sus
canciones, me vuelvo a asombrar como la primera vez de lo maravillosas que son,
del contenido que tienen y siempre me dejan alguna nueva enseñanza o ese consejo que todos necesitamos.
Es una fecha especial para mí, hoy 24
de abril de 2013, escribo esta carta. Pero mañana 25, se cumple otro mes más
sin mi segunda mamá, mi nona. Todos sabemos lo que son las nonas, las abuelas,
no hace falta agregar mucho más. Con ella se fue una parte de mi. Fue un
momento muy duro en mi vida, quizá lo más duro que me toco enfrentar en mis
pocos años de vida (tengo 20 años). Pero gracias a vos y los chicos de la
banda, con su música, su mensaje, puedo llevarlo lo mejor posible y en vez de
estar triste, puedo tener una sonrisa en mi cara y recordar todos los momentos
hermosos que pasamos juntos, me dan fuerza para seguir adelante y que ella esté
orgullosa y me vea crecer desde donde quiera que se encuentre. Gracias a vos,
yo me pude reencontrar con ella, cuando cantando dijiste “Si no estás acá y te
necesito hablar, te buscare en los ojos de la luna”.
Cosas como éstas genera Chala Rasta en
mí, desde que conocí su música marcó un antes y un después en mi vida. No hay
otra manera de describirlo.
Quiero aprovechar esta situación para
agradecerte, a vos y a los demás integrantes de la banda, por regalarme toda su
música, toda su sabiduría, su humildad, su alegría. Por acompañarte todos los
días, por nunca dejarme solo, por hacerme sentir libre cuando escucho una
canción suya, y ni hablar de cuando los voy a ver tocar en algún lugar. Y como
no te voy a agradecer por hacerme sentir más libre que nunca, si vos mismo me
volviste a decir, sabio Christian, que mi libertad defienda con mi integridad,
y yo te digo, que no voy a resignar ni un metro de libertad y aprovecho para
contarte que, yo también soy esclavo de la libertad y no puedo vivir sin ella.
Gracias por tanto, son mi banda
preferida y la que amo, por que como le explicaba a una persona el otro día,
ves a Chala en vivo y te enamorás, no hay otra. Es inexplicable lo que se
siente al ver a Chala en algún recital, no hay palabra que exprese lo que
generan.
Espero volver a tener el placer de
cruzarte de nuevo y darte un fuerte abrazo de agradecimiento y cariño, pero
ojalá que ese día, recuerde pedirte una foto y llevar ese momento siempre
conmigo, ya que las veces que te vi, anonadado por la emoción, no me di cuenta
de retratar ese instante y cada vez que me acuerdo, me arrepiento de no haberte
pedido una foto juntos.
Saludos a vos, Gordillo, y a la banda.
Nos vemos al rato, ya que como te dije, todo el tiempo están presentes en mi
vida y a todos lados vienen conmigo a través de su música.
Ah, por cierto, me olvidaba también de
felicitarte por el libro “Hombre de barro”.
En pocas palabras, excelente el libro,
me encantó de principio a fin, y como de costumbre, me hiciste pensar muchas
cosas con cada renglón que escribías en el mismo.
Te manda un abrazo gigante y de
corazón, un gran admirador tuyo, y perdón por no presentarme. Mi nombre es
Lautaro Madia.
GRACIAS POR TANTO, CHALA RASTA. Hasta
pronto.
Lautaro Madia